Quiero pensar que no merece la pena. Que duele, pero que no es de verdad. Quiero pensar que para mi tiene la misma importancia que dices que tiene para ti, y no al revés. Y cogerte el teléfono, hablar contigo antes de irme a dormir. Quiero decirte que pases todo el Domingo conmigo y vayamos a desayunar. Que somos solo dos. O solo uno.
Pero la decepción me para los pies, y hace que se me olvide lo mucho que odio enfadarme. Y sigo tiritando. Sigo tiritando por una mierda de mensaje a miles de kilómetros. Porque no entiendo nada y entiendo demasiado.
Que la decepción me para los lo siento y las ganas de abrazarte. Otra vez soy fuerte, soy muy fuerte.
Merece la pena... Las decepciones nos hacen más fuertes...
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Gracias por seguir mi blog!
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La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu
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