Vacío. El vacío de unos besos mal dados que intentaban encontrar su lugar.
De unos ojos que se comían y quitaban la ropa en un acto impulsivo de callar al
corazón. Al corazón que me grita a 65 km de aquí. Que mendigar amor desalineado
cuando aprieta el frío siempre me pareció una pesadez, pero mis principios se
me olvidan cuando, al beber el segundo tequila, me sigue quemando más tu
sonrisa que mi garganta.
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