lunes, 3 de octubre de 2011

"Amor" tiene mas resultados en google que "odio".

Vivimos en un mundo de incertidumbre, de una interrogación tan grande que no existen respuestas suficientes para contestarla; ¿Por qué? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Por qué, por qué…?. Vivimos en un mundo en el que las cosas malas lo son tanto (o eso nos parece), que olvidamos lo bueno.
Creemos en el amor, creemos en ser felices, en nuestros principios y valores. En trabajar, en hacerlo mejor. En la superación. Creemos en las segundas oportunidades. Y en las terceras. En aferrarnos a lo que nos hace levantarnos por la mañana. Creemos en un Dios, y a veces, lo confundimos con nosotros mismos. En el poder del dinero y también de la apariencia. Creemos en el placer, en el sexo. Creemos en nuestra debilidad como humanos, pero también en la fuerza. Y es que creemos en tantas cosas que se nos escapan de las manos.

En la actualidad, solo un 20% de población cuenta con el 80% de riqueza. La mayoría de las personas que lean esto pensaran en la situación de su entorno, una crisis  que hace que familias no consigan llegar a fin de mes, que ha dejado en la calle a miles de personas a las que aun les queda mucho que dar. Una crisis que acaba con familias, con empresas y que nos hace echar de menos todo lo que ya no nos podemos  permitir.  Si nos vamos un poco mas allá, al sur, nos encontramos con el tercer mundo, los países mas habitados del mundo, de personas, de enfermedades, de hambre. Países en los que cada día se ve a una madre con el cuerpo inerte de su hijo entre los brazos, muerto de hambre. Niños que no reciben ningún tipo de educación pero que tienen los ojos mas brillantes del universo, porque ellos aprecian, aprecian hasta un grano de arena por ser su único tesoro. Familias vacías que luchan por subsistir en un lugar que no les da nada, pero que les quita todo. Un país de delgadez extrema que se alegra todas las noches a las 12 de haber llegado hasta ahí.


Pero no es solo la economía lo que nos da miedo. Lo que se nos escapa. Porque en realidad, lo que más miedo nos da, es la muerte. Que no solo se nos escapa de las manos sino que hace que se nos escape la vida. Nos la arrebata. Y ahí interviene de pleno la guerra. Hombres decididos, vestidos con uniformes y con un gran sentimiento de responsabilidad por su patria. Se dirigen a defender lo que es suyo, defender lo que creen, dejando atrás las lágrimas de sus familias, los gritos de sus esposas esperando una señal de que siguen con vida, en medio de la masacre humana. Y como todo, unos pierden y otros ganan. Y no importa cuánto se haya conseguido o todos los hombres que hayan conseguido salvarse, porque habrá otros que no, y eso no es como una herida de bala, sino que va a mas, va a esos niños que se han quedado sin padre, a esa mujer que grita por su marido, a esa madre que ha perdido a su hijo. Porque eso, cuando todo se desmorona, no hay medico capaz de curarlo.
Muerte. Nos recomiendan que vivamos el día a día y disfrutemos todo lo que podamos. Que es mejor vivir en la oscuridad porque al menos allí hay sitio para la esperanza. Y así lo hacemos o al menos deberíamos.
El 11 de Septiembre del 2001 murieron miles de personas en una serie de atentados terroristas suicidas cometidos por miembros de la red Al Qaeda mediante el secuestro de aviones de línea para ser impactados contra varios objetos de diferentes lugares de Estados Unidos. Como consecuencia tuvo lugar un heecho que millones de personas no podrran olvidar nunca. El impacto de estos avviones contra las torres gemelas de Nuueva York, una situación de desesperación autentica en la que  la gente que se encontraba arriba llego incluso a precipitarse al vacío al no poder huir de otra manera. Otros murieron tras la explosión, y otros, quedaron atrapados bajo los escombros. Ese día, miles de personas perdieron a sus seres queridos, a su familia, a sus amigos. Miles de personas perdieron todo en apenas un minuto.
Dos años después, los Estados Unidos invadían Irak. Comenzaba una guerra que la mitad del mundo nunca ha llegado a comprender del todo. Una guerra que se llevaba la vida de 650.000 civiles igual de inocentes que las víctimas del 11-S.

Y van pasando los años y podría seguir acumulando hechos que se nos escapan de las manos. Hechos que nos hacen preguntarnos si existe un poco de humanidad, que nos hacen darnos cuenta de lo horrible que puede resultar la vida. Que nos hacen a veces, dejar de creer.  
Cada día se detectan cientos de canceres a personas. Enfermedades extrañas. Sida. Cada día, miles de personas se toman una medicación para poder seguir viviendo aun que sea unos meses mas. Cada día, estas personas, están obligadas a ser fuertes.

Y es que, si el mundo nos hace dejar de creer. En lo que sea. En una mínima esperanza, sin duda, yo opino que es mejor estar en la oscuridad. Porque ante todo esto, somos como hormigas. Ninguna vida es demasiado grande…pero tampoco es demasiado pequeña.



4 comentarios:

  1. Es genial, eres genial.
    Te quiero.

    ResponderEliminar
  2. Un texto muy duro, me ha gustado, te sigo.
    Aquí está el mío, por si quieres hacer lo mismo: http://cantstooop.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  3. Wow me encanta tu blog, de verdad.
    El texto es fantástico (:
    Un beso, guapa <3
    Te espero por http://madrugadasporparis.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  4. Es impresionante el texto. Realmente bonito :) Me ha pasado por otras entradas, me gusta mucho como escribes! Sigue así :)
    Ah y por su puesto te sigo!

    ResponderEliminar