sábado, 26 de mayo de 2012

Somebody that I used to know.


Esa mañana, cuando se despertó, no había nadie en casa. Se puso una taza de café y se sentó a intentar encontrarse a si misma. Era uno de esos días. Uno de esos días en los que los cambios no la emocionaban, todo lo contrario. No corría lo suficientemente rápido como para alcanzarlos, como para comprender lo que giraba por su mente, lo que se le escapaba. Las personas que se habían ido de su vida y aquella a la que ella misma había echado. Y allí, con el humo del café empañando sus ojos, se obligaba a buscar las razones por las que lo había hecho. Odiaba esas razones. Y odiaba crecer.Estaba rodeada de pedazos de si misma pegados con celo sobre el gotele. Que bonito era todo, había tenido suerte. Pero  ¡joder! Allí estaba ella, con sus café congelado y  el corazón dolorido. Preguntándose cuanto tiempo hacia falta para borrar todas las primaveras que fueron distintas a esta.




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