miércoles, 1 de agosto de 2012

Te has convertido en mi nación.

Esta historia habla de las cosas que van demasiado deprisa. Como la vida. Como los mejores momentos, que pasan y se van. Dejando toda su esencia. Dejando retales de felicidad que apenas pueden ya sentirse. Esta historia, habla de las cosas que nunca encuentran su final. Habla de hablar demasiado de un fin que no llega, pero que creemos que si.
No es una historia cualquiera. No es chica conoce chico. No es un verano. Son muchos, muchos veranos y muchos inviernos de dos vidas cruzadas que ahora parecen paralelas. Son noches de echar de menos. Muchas noches echando de menos una sola noche. Cuando les daba igual el insomnio, cuando solo querían soñar despiertos. Y sentir.
Dos historias que lloran por lo mismo y se olvidan de que en realidad, son una sola. Que se oxidan.
Son dos vidas cruzadas que no saben como dejarse de chocar. Como no volver a caer en mas descuidos o como seguir cayendo… para siempre. 


1 comentario:

  1. Yo me sé esa historia. Se titula amor, confianza, cariño, respeto y otras variantes. Me alegro de que tú también la escribas. A ver si culminas las líneas con felicidad como punto final.

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