Se me amontonan las palabras sobre historias a medias de contar. Sobre tus
parpadeos sincronizados con los míos. El precipicio por el que hemos caído, por
el que no podemos salir. Nuestros impulsos contenidos, tus susurros debajo del edredón.
Y es que, estamos rotos en pedazos que resultaban irrompibles. Y si jugamos a
conseguir imposibles… quiero que hoy sucedamos los dos.
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