domingo, 4 de enero de 2015

Vive.

A veces las personas nos esforzamos por cambiar tanto que nos olvidamos de que era lo que había que cambiar. Y de pronto, aquello que había que dejar atrás se convierte de nuevo en tu presente más absoluto, y quieres que lo sea, joder. Pero tienes que cambiar. ¿Y cuál es esa fuerza ajena que te impide el retroceder y quedarte dónde estabas? ¿Por qué razón nos exigimos tanto a nosotros mismos? Hacemos listas con propósitos absurdos que no vamos ni queremos cumplir, aminoramos nuestra felicidad con cosas que no nos gustan y nos ponemos metas inalcanzables, porque es lo que hay que hacer. Porque todo el mundo estará contento de que lo hayamos conseguido, pero ¿qué hay de esa persona que vemos todos los días delante del espejo?
Dedicamos demasiado tiempo a pensar en lo que debemos hacer y rellenamos nuestra existencia de “tengo que..”.  No digo que dejemos de hacer cosas, que no nos esforcemos, que no intentemos cumplir nuestras metas. Pero siempre que esas metas sean realmente lo que queremos.
No seamos tan racionales, tan correctos y dejemos paso a la improvisación, y será ahí, cuando por fin, nos guiaremos por lo que nos hace felices, a nosotros.

Basta ya de listas por cada año nuevo y comencemos a vivir.


5 comentarios:

  1. Ya lo dijo Dumbledore... No conviene deleitarse en los sueños y olvidarse de vivir.

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  2. Precioso blog :)
    Espero pasarme seguido, ya que he vuelto a blogger.
    Te dejo mi rinconcito por si queres mirar http://bonjoursamy.blogspot.com.ar/ :)

    Besos!

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  3. ¡Genial tu blog!
    Un saludo

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  4. Anónimo17:34

    La razón es la mejor improvisación... Pensarlo tanto, mientras tanto, no...

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