Considerar un reto el no hablarte está dejando de ser un juego para
convertirse en un verdadero suicidio emocional. Esperarte ya es rutina, y a
veces, se me olvida que no espero nada. O se me olvida que te espero. Pero no
te olvido.
Y creo, que ya no es normal. Que yo, sean tan ajena para ti. Que tú, para mí.
La buena noticia, es que siempre resucitamos de los suicidios emocionales, la vida insiste y se empeña en darnos otras oportunidades...
ResponderEliminarY espero que la resurrección de tu blog sea permanente...
¡Un Beso grande! ¡Y muy Felices Fiestas!